Aunque la celebración del Triduo Pascual se desarrolle en tres días, se trata de un único acontecimiento y lo que se celebra un día hay que entenderlo y vivirlo en relación con los otros dos. El viernes de la pasión y muerte en cruz pierde su auténtico significado si no aparece como realización trágica del don anticipado que Jesús hace de sí mismo en la tarde del Jueves Santo y si no encuentra salida en el día de la resurrección. Asimismo, el jueves del “mandamiento del amor”, y de la comunión del Cuerpo y la Sangre de Cristo en la eucaristía, se desvanece en un puro símbolo o simple sentimiento si no se realiza en el don real del Cuerpo de Cristo sobre la cruz el Viernes Santo para hacer nacer el Cuerpo de una humanidad nueva en el Domingo de Resurrección. Hace falta, por tanto, unir estos tres días santos y no celebrarlos como episodios separados.
Como viene siendo habitual, en nuestra sección de sugerencias, propondremos lo cantos más apropiados para cada una de las celebraciones, así, como los criterios que nos ayudaran a vivir de una forma más plena la Semana Santa en nuestras comunidades.
Sugerimos el libro: Celebraciones en pequeñas comunidades (Pedro Farnés)
Nos dice el directorio de la pastoral del canto:
“Tiene gran importancia especial en las celebraciones de la Semana Santa y singularmente durante el Triduo pascual el canto del pueblo, de los ministros y del sacerdote celebrante, porque es concorde a la solemnidad de dichos días y también porque los textos adquieren toda su fuerza cuando son cantados”.